Todos sabemos que a nivel global la industria hotelera se encuentra ante una crisis de tamaño ingente, donde no se sabe cuáles serán las repercusiones finales ni tampoco se puede ver con certeza una luz al final del túnel. Los propietarios y los operadores han sido golpeados por una ola que nunca vieron venir… aunque otros dirán que en realidad fue un tsunami.
¿Qué es un desafío según el diccionario? “Una situación difícil o peligrosa con la que alguien se enfrenta” En este breve artículo les propongo que resumamos los desafíos que tiene la hotelería en estos tiempos de Coronavirus en al menos dos. Veamos de qué se trata.

Desafío 1: La industria puede regresar al sentido original de su nombre: Hospitalidad.

Este vocablo se refiere a una bondad, virtud o caridad que se ejercía a un menesteroso, desvalido, indigente o peregrino recogiendo y prestándole mayor asistencia en su auxilio o necesidad.
Paradójico ¿cierto? Considero que la industria puede demostrar solidaridad y generosidad. Aquí en Perú, varias cadenas hoteleras han recogido el guante arrojado por el Presidente Vizcarra y han aceptado recibir pasajeros peruanos llegados desde el exterior para que estén en cuarentena (con todo lo que eso significa). Algunos por convicción, otros porque aceptaron el “Nudge”… Pero lo valioso es que, por la razón o la fuerza, se está demostrando verdadera hospitalidad. Nuestro hotel Holiday Inn Express San Isidro también se sumó a la lista de hoteles hospitalarios, tales como Casa Andina, Tierra Viva, así como otras cadenas solidarias.

Desafío 2: La industria debe volver a generar caja para afrontar sus obligaciones económicas.

El 99% de las empresas existen para generar una rentabilidad que les permita seguir existiendo, es decir, pueden ser solidarias y generosas pero no pueden darse el lujo de olvidarse su razón de ser: una vez que esta pandemia sea controlada los hoteles deben generar ganancias.
En este tiempo de vacas flacas, el pago de planillas, los proveedores, los impuestos y los intereses bancarios constituyen la pesadilla de los gerentes financieros hoteleros. Sin ingresos la cadena de pagos se ve afectada, y no todos han tenido a su “José” que les insistiera en guardar provisiones en los tiempos de bonanzas económicas (la Biblia los llamó “tiempos de vacas gordas”) para enfrentar la presente crisis.
Por ello, iniciativas para fortalecer el mercado interno serán muy agradecidas. La demanda interna ayudará a que los hoteles se recuperen gradualmente esperando a que las fronteras se abran nuevamente. Será muy común escuchar “Pase sus vacaciones en Perú, coma en restaurantes de Perú. Duerma en hoteles de Perú. Visite los lugares turísticos de Perú” ¿Aislacionismo? No, solo una manera de ayudarnos entre todos… una versión moderna del trueque.

Como toda moneda que posee dos caras, o como el “Jano Bifronte” de los Romanos, el desafío hotelero en este momento es dual: ser generoso y ser capitalista ¿Son opuestos? Yo creo que no. La realidad nos está manifestando que esto sí es posible, porque una de las cosas que reveló este aislamiento social voluntario es que existen empresarios hoteleros que están dispuestos a brindar autentica hospitalidad… para así volver a las raíces de la industria ¡Animo!